Aprende a ser feliz en el trabajo

¿Trabajas para vivir o vives para trabajar? Cualesquiera que sean sus motivaciones, su trabajo tiene una gran influencia en su felicidad. ¡Razón de más para ir al trabajo con una sonrisa!

1. Establecer prioridades

Con plazos ajustados y prioridades en constante cambio, es crucial definir qué es realmente importante y qué no. Si hace una lista de prioridades todas las semanas, o incluso todos los días, dividirá su trabajo en una serie de tareas más pequeñas y más realizables. Comienza tu día con las cosas más urgentes o las tareas menos divertidas. 

Esto hará que el resto del día sea mucho más agradable. A continuación, y esto es más fundamental de lo que piensas, ¡no olvides ordenar tu escritorio! Un lugar de trabajo ordenado proporciona tranquilidad.

2. Usa el “No” con más frecuencia

La gente tiende a olvidarlo a veces, pero la razón por la que su jefe y compañeros de trabajo esperan cada vez más de ellos suele estar en sus manos. Si todavía dices que sí, seguiremos llamando a tu puerta. 

Por lo tanto, es relevante moderar las expectativas, especialmente si está bajo estrés. Di «no» con más frecuencia y, si no puedes, simplemente responde «Ahora no». De esta manera no estás rechazando a nadie, sino indicando que no puedes hacer todo a la vez.

3. Pregunta a tus compañeros

Hablar es la mejor medicina, también en tu sitio de trabajo. Comparte tus preocupaciones, miedos y estrés con tus compañeros. ¿Tal vez tienen algunos buenos consejos para ayudarte a relajarte? También prepárate para ayudar a los demás. Los estudios han demostrado que las personas altruistas son más felices en el trabajo.

4. Aprende a meditar

“La gente espera el viernes todas las semanas, el verano todo el año y una vida de felicidad diaria”, dijo una vez un hombre sabio. Las cosas se pueden ver de manera diferente a través de la atención plena. Las investigaciones muestran que las personas que meditan antes o después del trabajo se sienten más conectadas profesionalmente y simplemente son más estables. Vale la pena intentarlo, ¿no?

5. Sal a caminar

Tome descansos cortos regulares. Es un buen momento para reflexionar sobre tus batallas diarias. Charle frente a la máquina de café, camine alrededor de la cuadra o siéntese afuera en un banco.

6. Cómodo en tu escritorio

No es ningún secreto que sentarse en su escritorio todo el día no es bueno para su cuerpo. Recuerde: las personas con problemas de salud generalmente no son felices. Así que asegúrese de tener una silla de oficina cómoda para evitar el dolor muscular.

7. Ejercicio

¡No, no te mandaremos al gimnasio una hora al día! Quince minutos de caminar, trotar, andar en bicicleta, nadar son suficientes para aumentar su nivel de energía. Además, tu cuerpo libera todas las toxinas que provocan el cansancio.

8. Sé agradecido

Otra cita inspiradora para colgar sobre tu cama: nada ni nadie puede traerte paz, felicidad, serenidad, excepto tú mismo. Recordar buenos recuerdos o pensar en lo que has logrado en el pasado puede hacer maravillas para recuperar tu nivel de felicidad. 

Consejo: después de cada día de trabajo, anota las tres cosas de las que te sientes más orgulloso, tus tres puntos fuertes y los tres cumplidos que te quieres dar.

9. Acuéstate a tiempo

El sueño es importante. No solo para disfrutar al máximo de la vida, sino también de tu trabajo. Las personas que duermen lo suficiente son generalmente más saludables, pueden concentrarse mejor y son más felices. No te quedes despierto hasta altas horas de la madrugada y no olvides guardar tu teléfono una hora antes de acostarte.

10. Atrévete a cometer errores

El que no hace nada no se equivoca. Eso es absolutamente cierto, pero sepa que puede aprender de sus errores y hacerlo mejor la próxima vez. No tengas miedo de cometer errores y no te preocupes por ellos. Estos son necesarios para el crecimiento.

11. Abre tu corazón

Al no lidiar con sus problemas e irritaciones, está jugando a lo seguro porque no quiere que lo despidan. Sepa que los sentimientos reprimidos afectan su felicidad. Así que siempre trate de iniciar la conversación. 

Sea asertivo, pero no señala con el dedo. Comience con «Creo que…» o «Creo…». Atrévete a abrir tu corazón y compartir tus opiniones y experiencias. ¡Crecerás!

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